Algunas veces, nos encontramos en situaciones en las que no sabemos qué hacer. Tal vez es una conversación con nuestros amigos, una discusión con compañeros de trabajo o alguna plática con la familia; mientras todos hablan, comienzas a dar tu opinión e inmediatamente eres juzgado y callado.
La mayoría no está de acuerdo contigo, así que lo más lógico para ti es sólo callarte, sentarte y actuar como si lo que estuvieran diciendo no te está afectando, o pretendes que estas de acuerdo porque te da pena admitir que opinas diferente. Es un miedo constante a hablar el que inunda todos tus sentidos, como si decir lo que piensas fuera un delito. A veces puedes llegar a fingir que en realidad están cambiando tu forma de ver las cosas sólo para que dejen de presionarte o hacer hincapié en cómo todos tus argumentos son inválidos (aun cuando no lo son). Pero es este estilo de vida conformista y complaciente el que está mal y quien debe cambiar eres tú. ¿por qué deberías quedarte callado sin defender tu manera de pensar? Últimamente me han pasado algunas situaciones en las que podía, o quedarme callada o defender lo que creo es correcto, adivinen qué fue lo que hice. Siempre he sido una persona tímida a pesar de ser alguien extrovertida (una no está peleada con la otra), y antes, cuando estaba en situaciones en las que debía defender mi punto o incluso a mí misma, solamente bajaba la cabeza y seguía con mi vida. Algunos años y problemas de autoestima después, me doy cuenta del daño que me causé al quedarme callada. Crecí cerrando la boca sin externar mis opiniones y defender mis ideales sólo por pena. Ahora tengo 22 años, y aunque no soy la más adulta y madura, creo que he crecido no sólo física pero mentalmente. Hubo algo, no sé bien qué, que explotó en mí y me hizo darme cuenta del error que estaba cometiendo. Y como mencioné anteriormente, recién he estado involucrada en algunas discusiones donde se hablaba de temas actuales como el aborto o incluso el paro nacional #NiUnaMenos y en lugar de quedarme callada cuando las personas a mi alrededor hicieron comentarios misóginos o que no eran de mi agrado, defendí lo que yo creo que es correcto (¡incluso logré que alguien se disculpara por un comentario fuera de lugar que hizo!). Levantar la voz la primera vez, tal vez te ponga nervios@ o incomod@, te juro que te entiendo pero, entre más lo hagas, verás que te vas a sentir bien. Sentirás cómo un peso se te quita de encima, porque por fin estás defendiendo todo lo que es importante para ti. Por más simple que suene, haz que ese miedo a hablar se transforme en motivación para hacer lo correcto, te sentirás mucho mejor.
1 Comment
Clau
6/3/2020 11:21:58 am
Concuerdo completamente. A mi todavía me falta un poco para lograrlo como quisiera, pero creo que es eso, mientras haya respeto y madurez, todo se puede tratar, hasta temas tabú con los que asustan y dicen que "no se deben de hablar en la mesa".
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